Conservatorios y Escuelas de Música, no es lo mismo, es distinto.

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Dos personas han influido notablemente en mi perfil de docente dentro del mundo de la Música. Lamentablemente las dos ya nos dejaron, pero su perfil profesional y humano siguen presente entre los tuvimos la suerte de conocerlas. Gracias a ellas pude acercarme con rigor a la comprensión de que Conservatorios y Escuelas de Música, no es lo mismo, es distinto.

Por un lado Elisa María Roche. Hablar de ella es referirse a los grandes cambios musicales que ha habido en nuestro país en los últimos 20 años. Como Consejera Técnica del Ministerio de Educación fue primordial su aportación para la reforma de las enseñanzas artísticas y promovió los substanciales cambios introducidos en la LOGSE sobre las enseñanzas musicales. El diseño de los últimos y más revolucionarios Planes de Estudios Musicales en nuestro país, la separación de los grados de la enseñanza, la apertura de una la vía para la creación de las Escuelas de Música son algunos de los aspectos que están íntimamente relacionados con su nombre. Elisa María Roche, metódica y exigente, además de ser Catedrática de Pedagogía del Conservatorio Superior de Madrid con estudios en el Instituto Orff del Mozarteum de Salzburgo se forjó con una excelente base técnica y humanística que supo transmitir a todo su entorno.

Por otro lado Mariangeles Cosculluela Mazcaray, Musicóloga, Pedagoga, Técnico del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, autora de la colección Chis-Chas, Cascabillo, Bigulín. Fue una persona con la que crecí en lo personal y en lo profesional soñando conjuntamente con el futuro de las Escuelas de Música, una tradición todavía por consolidar, que hoy está viviendo uno de sus momentos más difíciles de supervivencia. Con Mariangeles descubrí el entusiasmo y el rigor a la hora de hacer las cosas. Tuve el honor de coordinar con ella la dirección de los tres cursos de formación de profesorado que organizamos conjuntamente la Federación Aragonesa de Sociedades Musicales y Escuelas de Música Amater y el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón durante los años 1996, 1997 y 1998. También participé con Mariangeles en la Comisión Técnica consultiva creada para la elaboración de la normativa que debía regir las Escuela de Música en Aragón.

Mi experiencia docente nació desde la práctica y en ella sucedieron acontecimientos que marcaron drásticamente mi futuro en la educación. Comencé impartiendo clases de lenguaje musical (entonces solfeo) en Calanda, cuna de Luis Buñuel, dentro de la Asociación Musical Gaspar Sanz. La asociación se creó para formar una banda de música y la única posibilidad (así se consideraba entonces) de avalar la calidad de la enseñanza que se impartía era enviar a los alumnos a examen libre al Conservatorio de Zaragoza, y así, dar cuenta con los resultados. En la primera convocatoria todos los alumnos obtuvieron sobresaliente, tanto en solfeo como en instrumento. Al segundo año aumentó el nivel de exigencia al tener alumnos de segundo curso de instrumento. En un volumen de unas 24 personas todos los alumnos obtuvieron nuevamente sobresaliente tanto en solfeo como en instrumento excepto una persona, que fue la excepción, y obtuvo un notable y un sobresaliente. Al día siguiente dejó la música.

¿Por qué?

En numerosos cursos de formación de profesorado que he impartido utilizo esta experiencia para provocar una reflexión en lo personal sobre esa situación que os acabo de contar. ¿Te animas a pensarlo?. Es enriquecedor ver como cada uno de nosotros analiza e interpreta de manera distinta la decisión que tomó aquella alumna.

Fue el punto de partida que me llevo a convencerme de que el diseño curricular que yo buscaba no era el conducente a la titulación, especialmente en niños de 7 y ocho años.
Tanto Elisa María Roche como Mariángeles Cosculluela, en largas conversaciones y seminarios, me aportaron de manera consciente o no, herramientas suficientes para construir todo un discurso teórico que justificaba mi acción.

Por aquel entonces yo estaba leyendo ‘Psicología y Currículum’ de Cesar Coll (fuente de reflexión inspiradora de la reforma educativa y manual para la elaboración de modelos de diseños curriculares). Recomiendo a todo docente su lectura y análisis. Prestaba especial atención al tratamiento de los diseños curriculares abiertos, generalistas (lenguaje musical al tiempo que el instrumento), no necesariamente estructurados en niveles o grados, con carácter no finalista, y sin existencia de ratios uno a uno, es decir buscaba la adecuación de las lecturas de Cesar Coll al modelo de Escuela de Música que reclamaba sitio en mi cabeza.

Conservatorios y Escuelas de Música

Conservatorios y Escuelas de Música son centros que se complementan pero sus proyectos educativos son totalmente diferentes. Parámetros como, ratio, procedimientos, metodología, nivel de compromiso, horas de permanencia en el centro, son aspectos que deben estar claramente definidos en el diseño curricular del centro para no confundirnos.

Conservatorios y Escuelas de Música